Estaba viendo el cortometraje, y la verdad que se me salieron las lágrimas cuando el pana, el lisiado, comenzó a correr. En ese momento dije: «ese soy yo». Yo veía hacia los lados para ver quién estaba llorando; nadie estaba llorando. Yo lloré solo, pero no, me sentí súper bien, me transmitió mucho. Me gustó mucho cuando enfocaron el rostro del niño en representación de Jesús; Y bueno, me sentí súper bien.